sábado, 30 de mayo de 2009

Los momentos más dificiles de la historia boliviana

Los momentos más dificiles de la historia boliviana

El destacado escritor boliviano César Verduguez Gómez nació en La Paz en el año 1941. Escribe cuentos, fábulas y novelas. Fue presidente de la Unión de Poetas y Escritores de Cochabamba y del PEN boliviano. Es conocido por su labor en el área de arte y la pintura. Sus cuentos han sido premiados en varios concursos literarios.
La temática de la dictadura está presente y en su novela “La noche mordida por los perros” en la cual sigue la línea narrativa de las novelas sobre las dictaturas en América Latina como son, por ejemplo, “El Señor Presidente” de Miguel Ángel Asturias o “El otoño de patriarca” de Gabriel García Márquez. La misma línea sigue y la novela “Las babas de la carcel” en la cual describe los momentos más dificiles y más tensos de la historia boliviana.
La novela empieza de manera poética, imitando a una ópera. En ella se mezclan el pasado lleno de alegría de la vida y el presente repleto de terror de la cárcel. Este escritor muy emotivamente presenta el llanto de los olvidados, la inmensa tristeza y enorme vacío de las esposas y madres que se quedaron sin sus esposos e hijos que un día desaparecieron.

Furia muda

Parece que este escritor desnuda la historia boliviana y la presenta de la manera única. Esta obra está inspirada por una furia muda, condimentada por un laberinto de preguntas sin respuestas frente a las cuales el hombre se siente impotente. El escritor no toma un arma en sus manos para luchar contra la represión, pero en la manera como describe la cárcel que destruye, que devora al hombre, que descubre los secretos más ocultos del alma humana y de la peor manera pisa la dignidad humana, se nota fuerte condena. En esta cárcel están tratados de la misma manera aquellos más pobres y aquellos de las clases sociales más altas, indígenas y los descendientes de europeos que luchan por una sociedad más justa. Están igualados en el dolor, en las heridas, en los golpes. Gómez en esta novela describe una atmósfera terrible, pero también se aproxima a la música y la poesía para que el lector leyéndola pueda comparar el pasado fatal con la belleza del presente y una vida normal.
César Verduguez Gómez escribe con un estilo sencillo y claro. Si alguien quien no es historiador un día querrá saber algo más sobre la historia de Bolivia, especialmente sobre su época represiva, en las obras de este escritor tendrá un verdadero espejo de la situación social. Él describe al hombre de carne y hueso, boliviano, latinoamericano y su concreta situación de la vida. Sus protagonistas no son héroes sino antihéroes, víctimas de régimen gobernante.

Testimonios sobre los horrores de dictadura

En 400 páginas de este libro seguimos el destino de la gente que sin ninguna culpa terminó en la cárcel y no tuvo la posibilidad de defenderse y explicar. Sentimos la angustia, leemos como se comparten tristes destinos, nos enteramos de testimonios escritos en las paredes, el único lugar donde se puede escribir, de las maneras cómo torturan a los presos. También nos informamos como sus padres y parientes sobornan a sus guardias, cómo a los presos los trasladan de cárceles horribles a otras peores, cómo alrededor de ellos gobiernan engaños y mentiras.
Este impresionante testimonio sobre los horrores de las dictaduras en América Latina es uno más en la serie sobre ese tema. De este tema César Verduguez Gómez escribe cálidamente, con destreza y usando lenguaje sutil. Sobre la cualidad de sus obras atestigua la colocación de este autor en el libro “Modern Literatures of the Non-Western World” (1995) donde se encuentra junto a Tagore, Rushdi, Gabriela Mistral, Fuentes, Mario Vargas Llosa y otros colegas suyos quienes marcaron la literatura mundial, y en la literatura boliviana su nombre está grabado con letras brillantes.

viernes, 15 de mayo de 2009

Las tropas moras en la Guerra Civil,TRIBUNA: MARÍA ROSA DE MADARIAGA



EL PAIS


TRIBUNA: MARÍA ROSA DE MADARIAGA

25/04/2009
Las tropas moras en la Guerra Civil

Es absurdo equiparar legalmente a esta gente con las víctimas de la represión franquista Influyeron el hambre y una cierta predicación de guerra santa contra el republicano infiel.
Desde la distancia del tiempo transcurrido para poder examinar los hechos objetivamente, algunos historiadores los hemos abordado, interesados, entre otras cosas, por comprender las razones que empujaron a miles de marroquíes a enrolarse para combatir en una contienda que les era ajena, y conocer mejor el papel que en ella desempeñaron.

Lo primero de todo, conviene insistir en el hecho de que, contrariamente a lo que algunos sostienen hoy en Marruecos, los alistamientos no fueron forzosos, sino voluntarios, como lo son siempre en todo ejército los de soldados mercenarios.
Las causas que movían a los rifeños o a otros marroquíes a alistarse tanto en el Ejército español como en el francés eran fundamentalmente económicas. Varios años seguidos de malas cosechas traían consigo hambre y miseria. Éste fue el caso de los años anteriores a 1936 y de los primeros años de la guerra, especialmente 1937.
Si estas condiciones eran ya de por sí favorables al reclutamiento de miles de soldados para las filas de Franco, los caídes, siguiendo instrucciones de los mandos militares españoles que controlaban férreamente el territorio o para hacer méritos ante éstos, llevaban a cabo una activa propaganda entre los cabileños, centrada principalmente en la guerra santa de Franco contra el infiel, en este caso el rojo, y el imperioso deber sagrado de ayudarle en su lucha por librar tanto a España como a Marruecos de los sin Dios.
Al principio de la guerra fueron miles los que acudieron entusiasmados a alistarse para venir a luchar a España. Se calcula que el número de los reclutados en los tres años de guerra podría ascender a unos 80.000, según las fuentes oficiales más fiables (Delegación de Asuntos Indígenas, en Tetuán). Sí es muy cierto que el entusiasmo de los primeros meses fue decayendo con el tiempo, que entre ellos empezó a cundir el hastío y que se dieron casos de resistencia a los reclutamientos en masa, calificar éstos de forzosos sería impropio.
No hay que olvidar que la creación de fuerzas integradas por soldados nativos era práctica común en los países europeos con colonias. Francia las había creado ya desde la conquista de Argelia en 1830 -spahis, tiradores y gums-, al igual que Inglaterra en la India y en otras regiones de su inmenso imperio.
En cuanto a España, las llamadas fuerzas Regulares indígenas, es decir, las integradas por soldados marroquíes, fueron creadas en el año 1911, con la intención sobre todo de ahorrar vidas de soldados españoles en las cruentas guerras coloniales de Marruecos. Eran fuerzas de choque que, junto con la Legión, creada en 1920, desempeñaron un importante papel en el aplastamiento de la resistencia rifeña de la década de los años veinte del pasado siglo, liderada por Abd-el-Krim El Jatabi.
Importante fue también su papel en la Guerra Civil de España, sobre todo en los primeros meses, en los que, imparables, avanzaron sembrando el terror en pueblos y aldeas y arrasando todo a su paso, con los métodos propios de la guerra colonial utilizados por las fuerzas de choque en Marruecos.
No fue menos importante su participación en otras contiendas en los campos de batalla europeos. Miles de soldados norteafricanos -argelinos, tunecinos y marroquíes- lucharon integrados en el Ejército francés en las dos guerras mundiales. Marroquíes, fueron unos 40.000 en la primera; en torno a 80.000 en la segunda, más o menos el mismo número que los que lucharon en la guerra de España. Dudo mucho que fueran forzados a enrolarse. Otra cosa es que lo hicieran obligados por la miseria y las precarias condiciones de vida. En el caso del Rif, no olvidemos que allí las hambrunas eran periódicas.
Hablar hoy, como hacen algunos, de violaciones de derechos humanos cometidos con los soldados marroquíes por haber sido supuestamente enrolados "por la fuerza", o pretender que la Ley de la Memoria Histórica y el Auto del juez Garzón se apliquen a los marroquíes que lucharon en la Guerra Civil en las filas franquistas, carecen totalmente de fundamento.
La llamada Ley de la Memoria Histórica y el auto del juez Baltasar Garzón se aplican a las víctimas de la Guerra Civil y de la represión franquista, entendiendo por tales a las personas que fueron asesinadas y arrojadas a fosas comunes, y no a los soldados, ya fueran españoles, marroquíes o de cualquier otra nacionalidad, que murieron en el frente en acción de guerra.
Además de estos falsos planteamientos, convendría asimismo, en lo que respecta al número de los soldados marroquíes reclutados, abstenerse de avanzar cifras totalmente disparatadas, como la de 800.000, lo que equivaldría a más de lo que era entonces toda la población de la zona del protectorado español, o de afirmar que unos 9.000 de los marroquíes reclutados eran niños menores de 12 años. Todo ello sin basarse en ninguna fuente fiable y únicamente en lo que se cuenta de oídas.
Soy la primera en considerar que españoles y marroquíes no sólo no debemos ignorar nuestra historia común, sino que, por el contrario, debemos conocerla mejor y asumirla sin prejuicios, pero ello ha de ser sobre la base de investigaciones sólidamente fundamentadas en fuentes fiables, y no de elucubraciones carentes de todo rigor científico.
No es posible hacer determinadas afirmaciones sin haber jamás puesto los pies en un archivo. Las fuentes orales tienen, sin duda, valor humano como testimonios del pensar y el sentir de los ex combatientes marroquíes, pero los datos objetivos que aporten deben ser contrastados con fuentes documentales fiables.
Es falso que los archivos españoles estén cerrados, particularmente los que guardan documentación sobre Marruecos. Están abiertos y son de libre acceso al público, no sólo los civiles, como el Archivo General de la Administración (AGA), que contiene toda la documentación relativa al Protectorado español en Marruecos, sino también los militares.
En aras del buen entendimiento y la amistad entre españoles y marroquíes, que siempre he defendido, debemos evitar una instrumentalización de la historia, que lleve a tergiversarla o hasta reinventarla, con el fin de acomodarla a intereses ajenos a la búsqueda de la verdad histórica.
Es muy cierto, como dice el documental del realizador melillense Driss Deiback, Los perdedores, en el que participé, que la paga que cobran hoy los ex combatientes marroquíes de la guerra de España es una miseria. Pero conviene especificar que las ínfimas pensiones que perciben los pocos que aún quedan con vida fueron fijadas por el régimen de Franco, como también el que éste consideró que su señalamiento constituía un "acto definitivo y no revisable". Dicho esto, pienso que sería justo que cobraran la misma pensión que los militares españoles del Ejército franquista, según el grado.
Por último, una cosa es tratar de explicar históricamente, y de comprender desde el punto de vista humano, lo que llevó a miles de marroquíes a enrolarse en las filas franquistas; otra, hacer de ellos unas víctimas de aquel régimen. En todo caso, fueron víctimas de una situación colonial, lo mismo que también lo fueron los miles de soldados españoles que cayeron en los campos de África en guerras que tampoco eran las suyas.
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María Rosa de Madariaga es historiadora y autora del libro Los moros que trajo Franco. La intervención de tropas coloniales en la guerra civil, Martínez Roca (primera edición, 2002), RBA (segunda edición, 2006).

Codenaf Lanza en Marruecos Tres Ciclos de Formación para Agentes de Desarrollo Local



Codenaf

Lanza en Marruecos Tres Ciclos de
Formación para Agentes de Desarrollo Local
Durante el mes de Mayo. Tendrán lugar en Martil del 11 al 14 de mayo, del 15 al 17 de mayo en Larache y del 27 al 30 en Tánger.


Es un proyecto financiado por la Diputación de Granada, y en colaboración con la Red de Asociaciones de Desarrollo de Larache (RADEV), la Asociación Sahel, CMED y el Centro Cultural Al Andaluz de Martil, y la plataforma de Asociaciones Mujeres de Tánger.

El objetivo es favorecer las capacidades de las asociaciones de la sociedad civil y las administraciones locales, dotándose de conocimientos, metodología, instrumentos y recursos que favorezcan su desarrollo y articulación, para permitir así que puedan jugar un papel activo como motor básico para el desarrollo de su entorno más cercano y actores sociales fundamentales para el desarrollo rural. Con la finalidad última de impulsar un modelo de desarrollo sostenible, endógeno, democrático y con la participación directa de la población.

La formación consiste en mejorar las capacidades técnicas ("le savoir faire") y establecer una metodología de intervención adecuada, que permita desarrollar las iniciativas de desarrollo de las comunidades rurales (población, administraciones locales y asociaciones) del territorio de intervención.


Expertos de Codenaf darán formación a cerca de 100 personas en las zonas Tánger, Larache y Martil, que en su mayoría son dirigentes de asociaciones y concejales de las comunas rurales de la zona Tánger -Tetuán

El ciclo formativo constará de los siguientes módulos:
Desarrollo y género. Modelos de desarrollo territorial y el enfoque de género.
La participación social y la metodología participativa.
Evaluación y seguimiento de intervenciones e iniciativas sociales.
Planificación estratégica.
Técnicas e instrumentos de tratamiento de datos y análisis de información.
Comunicación, animación sociocultural y trabajo cooperativo con grupos.
Diagnóstico participativo. Planteamiento metodológico, técnicas e instrumentos.
Diseño y planificación participativas de proyectos de desarrollo.
Método de planificación de intervenciones por objetivos (p.i.p.o), planificación operativa.
Método de "gestion axée sur les résultats" (gar), gestión de recursos.
Gestión participativa de proyectos sociales.